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¿Asignaturas prácticas por televisión? (página 2)



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La demostración es una premisa fundamental para
que el alumno se sienta, en primer lugar, motivado; por lo tanto,
cuando esta se utiliza en teleclases, además de cumplir
con los requisitos que se exigen, debemos explotar los recursos y
posibilidades que nos brinda este medio. Como es conocido, el
tamaño de los televisores que se utilizan en nuestras
aulas (29 pulgadas) posibilita y favorece la observación
de los planos de detalles, primer plano, plano medio y plano
general. Estas tomas, debidamente editadas, pueden reforzar, en
gran medida, la explicación que se brinda durante una
demostración, sobre el uso y el principio de trabajo del
medio que se explica. Un plano de detalle o un primer plano es
como si el alumno estuviese a un metro de la demostración,
puede observar cada uno de los movimientos, desplazamientos, el
agarre, posición del operario, el desprendimiento de la
viruta o el calor, el cambio de coloración o aumento de
tamaño, así como otros aspectos de interés.
Estos planos son de gran utilidad en experimentos y
demostraciones de asignaturas como la Química y la
Biología. De igual forma el uso de movimientos de
cámaras como el paneo, traveling, tilt, dolly y zoom son
muy recomendables utilizarlos cuando queremos seguir un
movimiento o un recorrido determinado en una demostración,
por ejemplo, cuando hablamos en Física del Movimiento
Rectilíneo Uniforme o la caída libre de un cuerpo.
Recordamos que la observación es una habilidad que debe
entrenar el profesor, por lo tanto la debe dirigir si se quieren
obtener buenos resultados y esto lo debe hacer antes de la
emisión para complementar lo que falte.

Otro aspecto que puede favorecer la televisión es
la utilización de simuladores o animados que logren
simplificar o reforzar determinada explicación. De igual
forma se puede utilizar la cámara lenta o la
rápida, recuerden que investigaciones han demostrado que
la mayor parte de lo que un hombre aprende le llega a
través de la vista y el oído (83%) y además
es capaz de retener el 50% de lo que ve y escucha, por lo tanto
las imágenes televisivas, acompañadas de una buena
explicación, de seguro favorecen la permanencia del
conocimiento de forma muy significativa. Por ejemplo, al realizar
la operación del acepillado, la herramienta se debe
desplazar sobre la madera, ejerciéndose diferentes
presiones de acuerdo con la posición en que se encuentre
la herramienta; en este caso podemos utilizar un animado para
destacar, mediante saetas, la variación de la
presión que se ejerce durante la operación. Si lo
que deseamos es conocer-detalladamente- cómo una
herramienta desprende la viruta al cortar, lo más
aconsejable es el uso combinado de la cámara lenta con
planos de detalles y, posteriormente, se podrá ilustrar
con un animado, donde se puntualizará el principio de
corte de las herramientas (la cuña).

Hablamos anteriormente sobre la necesidad de que el
alumno se sienta motivado para emprender el camino hacia el logro
de hábitos y habilidades manuales. Mucho puede contribuir
a ello las actividades prácticas, y para lograr estos
importantes propósitos podemos explotar otra de las
ventajas que tiene la televisión y es la posibilidad de
mostrar, mediante el uso de fragmento de materiales
fílmicos, la utilización práctica del medio
de trabajo, que se explica en diferentes esferas de la
producción o los servicios como pueden ser: industrias,
centros hospitalarios o científicos, en la agricultura,
etc., ya sea en nuestro país o en otro; estas secuencias,
debidamente editadas, con una explicación adecuada y en
frecuencia con las imágenes, mucho nos pueden ayudar a la
motivación, además de contribuir -de forma
especial- al cumplimiento de la vinculación del principio
de la combinación de la teoría con la
práctica.

En tal sentido, debemos aprovechar al máximo las
posibilidades que brinda el medio televisivo de realizar las
grabaciones de las teleclases en exteriores, de esta forma
"estamos llevando" a los alumnos a lugares donde se emplean los
nuevos avances tecnológicos, donde pueden observar la
aplicación y el uso de los medios en laboratorios o
talleres; de lo contrario, si se realizan en los estudios,
debemos lograr que los set estén debidamente ambientados,
de acuerdo con la asignatura que se desarrolla, en este caso
juega un papel fundamental la escenografía que se monte,
si está en correspondencia con la asignatura que se trata
y con el tema que se explica, de seguro ayudará a lograr
un ambiente positivo hacia el programa que se está
observando.

Otro aspecto a tener en cuenta al desarrollar las
demostraciones o los experimentos en el medio televisivo, es la
imperiosa necesidad de cumplir con todas y cada una de las
indicaciones relacionadas con las normas de seguridad e higiene.
Este aspecto no puede ser violado bajo ningún pretexto,
recuerden que es un modelo a imitar. Si el experimento puede
ocasionar desprendimientos de partículas, se aconseja el
uso de espejuelos. Igual sucede con el vestuario que debe
utilizar el profesor de la televisión; en este sentido
sugerimos que siempre que se realice actividades en laboratorios
o talleres se usen batas o ropas apropiadas.

Si queremos demostrar cómo se utiliza un
multímetro para las mediciones eléctricas, lo
razonable es que se utilice un puesto de trabajo típico de
un laboratorio escolar, con los medios tipificados para ese nivel
de enseñanza y debidamente organizados, respetando las
indicaciones relacionadas con la seguridad y la higiene; es
decir, que no existan diferencias con lo que podemos encontrar en
un laboratorio escolar para el grado y el nivel con el cual se
trabaja. Ante las dos posibilidades existentes de presentar las
demostraciones y los experimentos en el medio televisivo, en vivo
o grabados, sugerimos que se utilice la segunda. La
grabación de un experimento o demostración nos
asegura, en primer lugar, que el modelo a enseñar se
logre, sin los posibles errores o riesgos que pudieran
presentarse si se realiza en vivo; además, la
grabación nos permite el uso de diferentes planos, de
trucajes, así como de variadas técnicas, ya
mencionadas, que permiten enriquecer la información
visual.

Al tratar de contribuir al logro de hábitos y
habilidades con este medio debemos tener presente que: "Aun
cuando se trata de un medio unidireccional, como se dice algunas
veces, hay actividad individual no solo con las manos, sino con
el pensamiento. La forma de exponer propicia la
participación mental mediante ejemplos, de procedimientos
deductivos e inductivos y de preguntas con respuestas diferidas o
sin respuestas, para dejar abierta la búsqueda y la
elaboración posterior."
[3]

Por lo tanto, esto nos alerta acerca de que la
explicación que acompañe a la demostración
debe estar debidamente estructurada y dirigida al alumno promedio
y tratar que dé motivos para que despierte en los alumnos
el deseo de utilizar (de forma adecuada) el medio de trabajo o
útil de laboratorio que se muestra. En este sentido
debemos cuidar, en primer lugar, que exista una correspondencia,
prácticamente exacta, entre lo que se dice y lo que se
observa por los alumnos. De no suceder esto se corre el riesgo
que se puedan introducir, de forma involuntaria, errores de
contenido o confusiones que le restarían calidad a la
clase y contribuirían negativamente en la formación
de los patrones o algoritmos para el uso de los
medios.

En segundo lugar, se hace necesario que al realizar las
explicaciones se use el vocabulario técnico, adecuado a la
asignatura y al nivel de los alumnos, lo cual evitaría
confusiones y contribuiría a elevar la calidad de la
exposición.

Es necesario recordar que siempre que se realice una
demostración se debe lograr hacerla- inicialmente- a un
ritmo normal y –después- a un ritmo lento, que
sería aprovechado para puntualizar detalles importantes de
la operación y posteriormente se deberá repetir a
un ritmo normal. Esta secuencia no debe violarse cuando se
realiza por televisión; al contrario, lo que se debe es
reforzar con las posibilidades que nos brinda este medio y a las
que ya nos hemos referido con anterioridad.

Hasta aquí se ha planteado cómo puede
contribuir la teleclase al desarrollo de hábitos y
habilidades manuales en el uso de útiles o medios de
trabajo. Ya hemos referido que la televisión no desarrolla
habilidades manuales, ni destrezas, para lograrlas es necesaria e
insustituible la actividad práctica en la escuela. Ya
dijimos que el docente del aula es insustituible y, por lo tanto,
le corresponden determinadas actividades que complementan las
acciones acometidas por las teleclases.

En primer lugar es fundamental que el docente del aula
conozca con anterioridad el contenido de la transmisión,
esto le permitiría determinadas ventajas sobre sus
alumnos, como por ejemplo: la de realizar una introducción
relacionada con lo que se observará, haciendo un llamado
hacia lo fundamental, que este caso puede ser un experimento o la
demostración sobre el uso de un medio.

De inmediato deberá garantizar todos los aspectos
técnicos que le aseguren una observación adecuada
de la teleclase, evitando interrupciones, logrando que exista una
buena visibilidad por todos los alumnos y que el audio sea el
adecuado. Es importante que durante la transmisión el
profesor le brinde la atención adecuada al programa, de no
hacerlo así les estará transfiriendo esta actitud a
sus alumnos y los resultados serán desastrosos.

De igual forma es importante que esté al tanto de
las reacciones de sus alumnos, esto le permitirá conocer,
de alguna forma, lo comprendido o no y lo que deberá
tratar al concluir la emisión y tener que particularizar
la atención a sus alumnos, actividad que puede desarrollar
mediante preguntas, ejercicios, resúmenes y otros
procedimientos.

Ahora, si queremos complementar la actividad en
función del desarrollo de habilidades manuales y destrezas
en el uso de medios, equipos, instrumentos o herramientas,
necesariamente el alumno tendrá que manipular estos
medios, bajo la dirección y observación del docente
y, por supuesto, tomará en cuenta la explicaciones y
demostraciones realizadas por el teleprofesor en la
transmisión. En este sentido el profesor debe retomar lo
planteado, de forma tal que los alumnos dominen el sistema de
acciones que requiere determinada habilidad práctica o sea
que "… lleguen a apropiarse de la base orientadora
para la acción. Esto no es más que el cómo
deben proceder para realizar una determinada
actividad…"
[4]

Un ejemplo sencillo, para ilustrar lo que hemos
planteado con anterioridad, lo podemos observar en la
transmisión de una teleclase relacionada con el uso del
microscopio. Como ya hemos planteado, aprovechando las ventajas
que nos brinda la televisión, un especialista puede hacer
una exhaustiva explicación del uso del microscopio, sus
ventajas, las diferentes partes, que pueden ser observadas
detalladamente (gracias a los planos cerrados), su
funcionamiento, para que nos sirve cada tornillo, cómo
dirigir la luz, el tipo de lente a utilizar, cómo coger el
foco para tener la mejor visibilidad, en fin, todo lo relacionado
con su manipulación. Además lograremos motivar la
actividad si nos referimos a las posibilidades que nos brinda
este medio en diferentes esferas de la ciencia y la
técnica y se mostrará cómo se puede observar
algo que ha sido ampliado varias veces y que a simple vista no lo
podemos ver.

Hasta aquí todo está muy bien
estructurado, pero faltaría el complemento para el
desarrollo de las habilidades manuales y las destrezas para la
manipulación de este medio del laboratorio: el
microscopio. Este complemento lo lograremos cuando en el
laboratorio de la escuela montemos este equipo y, a partir de lo
observado en la teleclase y de las aclaraciones realizadas por el
profesor, de acuerdo con su experiencia y las posibilidades
reales, los alumnos comiencen a manipular los equipos: Las dudas
surgirán en los alumnos y, mediante las aclaraciones y la
individualización, comenzarán a apropiarse de la
base orientadora para las acciones, y se irán formando los
hábitos y habilidades manuales, así como las
destrezas.

Como hemos visto, la televisión no puede formar
hábitos y habilidades manuales, pero sí puede
realizar una contribución significativa al mostrar modelos
adecuados de cómo hacer, que representen la
visualización de patrones que posteriormente puedan
reproducirse exitosamente y entrenarse para su
sistematización.

Aprovechar debidamente las ventajas que nos brinda la
televisión, utilizar las diferentes técnicas al
producir un programa y tener siempre en cuenta que la prioridad
es el alumno, al que llegamos a través de la
cámara. Por otro lado, debe quedar claro que el profesor
del aula es quien materializa el modelo presentado, sin su
accionar nada se podría lograr y quedaría solamente
la demostración, por la televisión, en el plano
teórico.

Estas son algunas consideraciones que hemos querido
expresar con la finalidad de compartir criterios y continuar
profundizando en el uso de las nuevas tecnologías en el
campo de la educación y –específicamente-
sobre la televisión y las emisiones de las teleclases. Los
criterios están dados a partir de la experiencia como
profesor de una asignatura práctica en la escuela media y
como teleprofesor de la Dirección de la Televisión
Educativa en nuestro país. Esperamos que puedan ser
compartidas, discutidas, y, por último, lo más
deseado: que sean enriquecidas con sus valiosas reflexiones y que
puedan resultar de utilidad para su trabajo.

BIBLIOGRAFÍA

– Medios de Enseñanza. Vicente González
Castro. Editorial de libros para la Educación. 1979. 243
p.

– Teoría y práctica de los medios de
enseñanza. Vicente Gonzáles Castro. Editorial
Pueblo y Educación. 1986. 436 p.

Didáctica de la escuela media. M. A. Danilov y
M.N. Skatkin. Editorial de Libros para la Educación. 1981.
366 p.

– ¿Se trabaja en las clases de Educación
Laboral? Dr. Julio Cerezal Mezquita y otros. Editorial Pueblo y
Educación. 1994. 36 p.

– Retomando un medio: La televisión educativa.
Julio Cabero Almenara, (Artículo). Universidad de Sevilla.
1994.

Pedagogía. G. Neuner y otros. Editorial de
libros para la Educación. 1981. 476 p.

Mayo del 2006

 

 

Autor:

MSc. Eduardo Ordóñez
Suárez

Teleprofesor de Educación Laboral de
la Televisión Educativa del Mined.

Teleprofesor de Educación Laboral de la
Dirección de la Televisión Educativa. Graduado del
ISPETP en la especialidad de Mecánica y 37 años de
experiencia docente. Ha realizado Diplomados relacionados con su
especialidad.

[1] González Castro Vicente
Teoría y práctica de los medios de
enseñanza.. Editorial Pueblo y Educación. 1986.
Pág. 244.

[2] M.A Danilov y M.N. Skatkin.-
Didáctica de la escuela media. Editorial de Libros para
la Educación. 1981. Pág. 186.

[3] Teoría y práctica de los
medios de enseñanza. Vicente González Castro.
Editorial Pueblo y Educación. 1986. Pág. 244.

[4] Cerezal Mezquita. Julio ¿Se
trabaja en las clases de Educación Laboral? y otros.
Editorial Pueblo y Educación. 1994. Pág.18

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